👋 Hola soy Pavel, bienvenido a una nueva ✨edición gratuita✨ de El Descubrimiento. Cada semana hablamos sobre producto, growth y oportunidades en el sector tech.
Si aún no eres suscriptor, esto es lo que te has perdido en este mes:
Si tienes conexión a internet, tienes poder. Punto.
La mayoría no lo ve así.
Usan su conexión para retroceder, para perder el tiempo, para alimentar su adicción a contenido basura. Pero todos empezamos ahí. Lo importante es no quedarse.
Yo creo que cualquier persona puede empezar una máquina de ingresos pasivos desde su habitación. Sí, ese espacio desordenado y sin glamour. Porque no necesitas perfección. Solo necesitas empezar.
Vamos al grano.
Esa sensación que ignoras y te va a costar la vida
Todo comienza con una molestia interna. Una incomodidad silenciosa que te dice: estás hecho para más.
La mayoría la ignora. La guardan para “cuando tengan tiempo” (spoiler: nunca lo tienen). Y llega la jubilación. Y llega el arrepentimiento. Demasiado tarde.
Si sientes esa incomodidad, no esperes a tenerlo todo claro. Da el primer paso. Pequeño. Imperceptible. Pero real.
Encuentra lo que amarías aunque te pagaran en caramelos
La clave para generar ingresos pasivos es encontrar un proyecto secundario que te obsesione.
La gente se pierde eligiendo. Hay mil opciones. No te voy a tratar como idiota listándolas. Ya las conoces. Libros, blogs, cursos, tiendas online, etc.
¿La pregunta correcta? ¿Qué harías aunque no te pagaran?
Sin amor, el esfuerzo no aguanta.
Yo elegí escribir porque lo haría gratis. Porque me da vida.
Si no sabes por dónde empezar: prueba todo. Sin miedo.
Hazlo en silencio
Empezar un side project es un acto de rebeldía.
Por eso, al principio, mejor cállate. No se lo cuentes a nadie. La mayoría te va a tirar abajo. No por maldad. Por miedo. Porque tu acción les recuerda su propia inacción.
Todo va a parecer fácil… hasta que no lo sea. Vas a sentir que no pasa nada. Que estás solo. Que eres un idiota.
Esa es la señal para seguir. No para parar.
La ley de atracción de los side projects
No necesitas talento. Necesitas curiosidad.
Tu tarea es simple: toma lo que sabes o aprende lo que necesitas. Y eso empieza con una pregunta: ¿qué me despierta la curiosidad?
Persíguelo como si fueras Alicia en el país de las maravillas.
Y recuerda: el 99% del aprendizaje llega después de lanzar — Sahil Lavingia.
No te prepares tanto. Empieza. El mercado cambia cada maldito día. Si esperas a tener el plan perfecto, ya perdiste.
La mayoría no tiene idea de lo que hace al principio. Bien. Así debe ser.
No pidas permiso. Juega como un niño.
Haz lo que haría un crío con un juguete nuevo: revienta ese camión de plástico hasta que se rompa. Luego vas por otro.
Eso es un side hustle. Acción. Error. Aprendizaje. Repetir.
Tira golpes. Métete al ring. Deja de escuchar a los comentaristas desde la grada. La educación real está en la pelea.
Cómo sobrevivir a la sobredosis de consejos
Todo el mundo tiene una opinión.
Muchos te hablarán desde su experiencia. Escucha, prueba, y tira lo que no funcione.
Vas a terminar con un Frankenstein de estrategias que, combinadas con tus propios errores, se convertirá en TU camino.
Por qué el 95% nunca ve un centimo de ingreso pasivo
Porque abandonan. Porque son impacientes. Porque no hacen del hábito una religión.
No es talento. Es constancia.
Si no es parte de tu rutina, va a morir. Punto.
Hazlo diario. Como cepillarte los dientes. Con o sin ganas.
El enemigo real no es el fracaso. Es el aburrimiento.
Esto nadie te lo dice.
Incluso cuando amas tu side hustle… habrá días en que lo odies. Lo quieras lanzar por la ventana.
Y ahí es donde muchos se bajan del barco. Porque confunden aburrimiento con fracaso.
No. El aburrimiento es parte del juego. Y si no puedes soportarlo, no estás listo para ganar.
Pensamiento final
Ganar dinero mientras duermes es una consecuencia. Lo que realmente estás construyendo es una mentalidad.
Vive como un rebelde. Actúa como un inadaptado que no va a volver jamás a una oficina.
Ahora, si me disculpas, tengo que volver a mi plan maestro garabateado en una servilleta: no volver a un 9-5 nunca más.