🗞️ Por cada click que pidas, sacrificas la mitad
(Y por esto los tutoriales, popups y registros largos son una mala idea).
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Sumergiéndome en el arte de crear productos digitales, me doy cuenta de lo cruciales que son las decisiones que tomamos al principio.
Basándome en mis propias lecciones aprendidas, veo una constante que se repite: la delgada línea entre el éxito y el abismo está marcada por nuestra capacidad de desafiar las normas establecidas y simplificar hasta lo esencial.
Te invito a reconsiderar cómo enfrentamos el desafío de capturar la atención del usuario.
Esto que escribo hoy es una llamada a replantear nuestras estrategias, armados con la verdad incómoda de que, en el universo digital, menos es más y la simplicidad es nuestra aliada más poderosa.
Por cada acción que le pidas, pierdes la mitad
Desarrollar productos digitales y bucear en el abismo de los A/B test te revela la cruda realidad: la gente es impredecible.
Lánzales la propuesta de tu nuevo producto digital y observa cómo el 80% desaparece en el acto.
Invítalos a unirse a tu plataforma, y el 90% te dará la espalda, reacios a comprometer incluso su correo electrónico.
Y ni hablar de convertir visitantes casuales en suscriptores comprometidos; ahí, el 99% optará por el silencioso adiós.
Pero, ¿qué ocurre cuando decides pedir algo más?, digamos, información de tarjeta de crédito junto al correo electrónico
Recuerdo cuando implementé por primera vez el Social Login. Un cambio tan simple como permitir el registro solo con conectar tu cuenta de Facebook o Google logró un aumento monumental en la captación.
La lección fue clara: Simplificar el proceso podía ser la clave del éxito.
Que pasa si pides la tarjeta de crédito
Aquí llegamos al punto crítico.
Imagina diseñar una página de inicio tan minimalista y pulcra para tu producto que requiera varios clics para registrarse, seguido de un extenso tutorial sobre cómo usarlo.
Esta decisión podría significar la vida o muerte de tu producto, ya que, en lugar de capturar a miles de usuarios y asegurar tu próxima ronda de financiación, solo unos pocos perseveran.
Este es el momento de preguntarte: ¿Estás simplificando al máximo los procesos críticos? Al recibir retroalimentación sobre un aspecto vital de tu producto, mi primer instinto siempre ha sido reducir la fricción: cuestionar cada campo de un formulario, cada paso necesario y cada distracción visual.
La meta es clara: Llevar al usuario directamente al corazón de tu producto digital.
El punto de todo esto, por supuesto, es capturar la esencia mágica de tu producto digital. El dichoso “Aha moment!”
Optimiza flujos críticos, minimizando pasos.
La magia no reside en llenar formularios o consumir contenido promocional; la verdadera magia surge de la interacción directa y sin barreras con tu producto.
- Abro paréntesis: Estoy harto de las interrupciones o los popups que rompen la interacción usuario → producto.
Por lo tanto, cualquier forma de fricción debe estar justificada solo si mejora la experiencia del usuario de manera significativa. Si tu producto realmente se beneficia de una aplicación dedicada, con un canal de notificaciones y una experiencia enriquecida, entonces, sí, motiva el registro.
La ironía es que, al mismo tiempo, evitar pedir compromisos o acciones concretas puede ser contraproducente.
La clave está en el equilibrio: en saber cuándo añadir fricción y cuándo eliminarla, siempre con el objetivo de sumergir a las personas en la magia de tu producto digital.
Recuerda, cada vez que pidas un clic, un registro o una descarga, pones a prueba la paciencia y el interés de tu usuario.
Úsalo con sabiduría.
Los accionables
Desafía las normas establecidas: No te conformes con seguir lo que todos hacen. Cuestiona y rompe las reglas para encontrar caminos innovadores hacia el éxito.
Simplifica al máximo: Reduce la fricción en cada paso del proceso de usuario. Desde el registro hasta la interacción con el producto, busca la simplicidad.
Crea un proyecto para no crear, sino para destruir los puntos en los que los usuarios hacen aguas y abandonan.
Optimiza los flujos críticos: Identifica y minimiza los pasos en los procesos más importantes, como el registro o la primera interacción con el producto.
Promueve la interacción directa: La verdadera magia del producto reside en permitir que el usuario interactúe con él de manera fluida y sin obstáculos. Haz que lleguen rápido a ello y no te pongas en el camino.
Evita interrupciones innecesarias: Los popups y otras interrupciones pueden romper la conexión entre el usuario y el producto. Úsalos con cautela.
Justifica toda forma de fricción: Asegúrate de que cualquier paso adicional o requerimiento hacia el usuario mejore significativamente su experiencia.
Encuentra el equilibrio correcto: Aprende cuándo añadir o eliminar fricción para mejorar la experiencia del usuario sin sobrecargarlo.
Entiende la cognitiva de tus usuarios: Crea un ejercicio para saber como llegan tus usuarios emocionalmente a los puntos más crítico. (¿Cansados de darle a “siguiente”?, ¿interesados por conocer más?, ¿aturdidos por la excesiva información?).
Transforma tu producto en una experiencia: Trabaja para que tu producto digital sea tan esencial y satisfactorio que los usuarios no puedan imaginar su vida sin él.
Invita a la acción con estrategia: No solo se trata de simplificar; se trata de hacerlo de manera que motive y guíe al usuario hacia donde quieres que vaya, convirtiendo cada paso en una parte esencial de una experiencia enriquecida.
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La semana que viene tenemos la tercera parte de 🗞️Serie de Adquisición 🗞️.
Que tengas una feliz semana.
Pavel 👋
¿Cuántos pasos tienes el tu proceso de registro? ¿Es algo que optimizas a menudo?