👋 Hola soy Pavel, bienvenido a una nueva ✨edición gratuita✨ de El Descubrimiento. Cada semana hablamos sobre producto, growth y oportunidades en el sector tech.
Si aún no eres suscriptor, esto es lo que te has perdido en este mes:
Nos enfrentamos a un fenómeno que parece inofensivo pero es mortal:
El exceso de feedback.
Cada día, recibes opiniones de personas que no han leído tus notas, que no se han tomado el tiempo de analizar tu respuesta y, seamos claros, que ni siquiera te están escuchando de verdad.
Es frustrante, agotador y, lo peor, peligroso.
Es como si cada reunión o mensaje en Slack se convirtiera en un campo de batalla de opiniones desinformadas. Todos opinan, pocos aportan. Y las decisiones realmente importantes quedan atrapadas en el limbo.
Y así todos los p****s días.
El porqué de todo esto
¿Sabes qué pasa cuando las decisiones se basan en “sentimientos” en lugar de datos sólidos?
Los proyectos fallan, clientes insatisfechos y los recursos se queman en iniciativas inútiles.
Pero lo más preocupante es que este caos no es un accidente. Nace de una cultura sin rumbo, donde el feedback se da porque sí, y no porque realmente importa.
Las empresas que triunfan han aprendido algo fundamental: no todo feedback es igual. Escuchan mucho, pero filtran mejor. Porque no se trata de tener más opiniones, sino de tener las opiniones correctas.
Qué hacer ante este panorama
La clave está en transformar el feedback en una herramienta estratégica. Esto requiere un cambio de mentalidad: del ruido a la claridad.
Aprende a distinguir: Diferencia el feedback que aporta valor del que solo genera ruido. Si no viene respaldado por datos o un análisis sólido, ni te metas.
Mide todo lo que importa: Adopta herramientas de analítica que te permitan observar patrones claros y evitar decisiones basadas en suposiciones.
Establece un filtro claro para el feedback: Define criterios específicos para aceptar y priorizar las opiniones: ¿está fundamentada? ¿resuelve un problema real? ¿se alinea con los objetivos de la empresa?
Promueve una cultura de datos: Educa a tu equipo para que adopte decisiones basadas en datos, no en intuiciones. Si todos comprenden la importancia de la información sólida, la calidad del feedback mejora automáticamente.
Crea espacios para feedback constructivo: Diseña procesos para que las opiniones se den en los momentos adecuados y no se conviertan en interrupciones constantes.
Evalúa el impacto de las decisiones: Da seguimiento al feedback implementado con métricas claras para medir si realmente produjo resultados positivos.
Comunica tu visión claramente: Muchas opiniones erróneas nacen de la falta de alineación. Si tu equipo no entiende hacia dónde van, será difícil que sus comentarios sean relevantes.
Empieza a ignorar: No te metas en asuntos donde no haya fundamento, perderás tus nervios y tu paciencia. Invierte tu energía en otros asuntos que sí puedas demostrar. Lo bueno de los datos, es que son irrefutables.
Lo que puedes hacer ya
Cada lunes te enseño cómo construir una cultura informada, analizar los datos que realmente importan y tomar decisiones que te transformarán como profesional.
Haz click en el botón naranja y empieza a convertir el ruido en resultados.
Que tengas una feliz semana.
Pavel 👋